Leonard Peikoff considera tres argumentos en contra de la filosofía, cada uno de los cuales pretende demostrar que uno no puede vivir de acuerdo con una filosofía y ser feliz, ya sea porque una filosofía lo coloca en oposición al mundo que lo rodea, o lo lleva a suprimir su individualidad y su propio ser, o porque las ideas filosóficas son esencialmente inútiles en la vida diaria de un adulto. Peikoff argumenta que estas actitudes se derivan de puntos de vista erróneos sobre la relación básica entre las ideas y la realidad, y que para comprender Objetivismo y la filosofía en general, se necesita un método adecuado para mantener las ideas filosóficas abstractas ligadas a la realidad.